Por Javiera Rodriguez
3º Kinesiología UV
A causa de este secretillo a voces que viene siendo el posible paro de nuestra querida y siempre aporreada por la tan ahora famosa corrupción, me ha venido una especie de ira en forma de revolucionaria vandalista, que capaz me haga ir a pedir documentos para comprarme una Bazuca e ir a la mismísima rectoría y terminar con este leseo de una vez por todas. Claro que me iría a la cárcel y eso no es bueno para mí, aunque de una manera bien antisocial esté aportando al bien común.
La verdad es que estos augurios malignos de que nos privatizaran la universidad, que nos quiera comprar la UNAB, que nos cobrarán el triple de arancel si eso pasa, que ya no seremos de universidad tradicional (y eso apuñala el corazón y por qué no decir Ego de muchos), que quedaremos en la nada, que se nos vendrá el futuro incierto, que la universidad debe hasta el alma de todos sus estudiantes, me tiene preocupada porque podría llegar a ser real. Y mucho más me preocupa ese otro fantasma, que nos tiene a la mayoría traumatizados, llamado Paro, y mucho más su hermana la Toma. Porque digámoslo, harto que nos penó el año pasado y nos dejó sin salud mental y con uno que otro ramo en el camino.
No quiero paro, menos toma, pues no son una vía ni rápida, ni segura, ni confiable. Sacando cuentas, lo único que logramos con nuestra Toma del año pasado fue que echaran a un cuerpo (el rector malo) pero no echamos el problema, pues sigue ahí, y en un cuerpo de mujer, lo que es peor y lo digo por conocimiento de causa, pues podemos ser más malignas y más inteligentes. Así que por ese lado no hicimos mucho, pues habrá el quedado sin dignidad social, pero nosotros seguimos en la cuerda floja.
Y lo otro que se supone logramos fue la famosa Triestamentalidad, que en realidad, afrontémoslo, no es más que una linda aspirina que nos dieron, ya que, siguen sin pescarnos ni en bajada y créanme que seguirán así.
Así que si creemos que conseguimos algo, podríamos fácilmente pecar de ingenuos.
Por lo tanto, propongo un cambio de switch, rompamos esquemas.
Los paros, a mi modo de ver, no sirven para mucho, son poco prácticos, son lentos, no te dan seguridad.
Tampoco quiero un dialogo, no se puede hablar con las paredes, menos con paredes con cerebros de mala persona, porque inteligentemente te dilatan y te tramitan para que tu te canses y bajes los brazos.
Me gustaría que pudiéramos ser capaces de colapsar a otras instituciones, no colapsarnos a nosotros con paros y afines.
Cosas que saquen a nuestros enemigos de contexto, que lleguen al límite del caos y la locura.
Si queremos que respeten nuestra Triestamentalidad, tapicemos las oficinas imperiales con los decretos, provocar caos en los pasillos.
Escribamos a los diarios, obviamente no sólo uno de nosotros. Imagínense si cada uno de los estudiantes de la Universidad de Valparaíso escribe una carta a los diarios más importantes del país; ¿cuántos somos? ¿40.000 alumnos? Imagínense que los diarios reciban por lo menos 10.000 cartas y/o e-mails diferentes sobre el problema de la Universidad, gran colapso. Creo que si eso no impacta, por lo menos sirve de anécdota.
Tenemos que usar los medios disponibles de una manera inteligente, todos unidos, porque nuestra unión hará la fuerza, y nuestra fuerza es desestabilizar, crear caos. Es el único poder que podemos ejercer.
El escándalo es lo único que en este país hace que las cabezas se den vuelta a mirar, porque somos un país de apariencias.
Esas son las reglas, y hay que jugar con las mismas reglas del enemigo pero de manera diferente, más inteligente, rompiendo esquemas.
Nosotros ¿qué hacemos?: Un paro. ¿Qué esquemas rompemos?: ninguno.
OK, se que este pensamiento puede parecer fuera de sentido, pero creo que no lo es. Ojalá me pescaran en las asambleas y presentaran la idea en los plenos donde se toman las decisiones, pero me temo que la gente que está ahí es muy seria y actúan con el mismo pensamiento del enemigo.
Pero en pedir no hay engaño.
La verdad es que estos augurios malignos de que nos privatizaran la universidad, que nos quiera comprar la UNAB, que nos cobrarán el triple de arancel si eso pasa, que ya no seremos de universidad tradicional (y eso apuñala el corazón y por qué no decir Ego de muchos), que quedaremos en la nada, que se nos vendrá el futuro incierto, que la universidad debe hasta el alma de todos sus estudiantes, me tiene preocupada porque podría llegar a ser real. Y mucho más me preocupa ese otro fantasma, que nos tiene a la mayoría traumatizados, llamado Paro, y mucho más su hermana la Toma. Porque digámoslo, harto que nos penó el año pasado y nos dejó sin salud mental y con uno que otro ramo en el camino.
No quiero paro, menos toma, pues no son una vía ni rápida, ni segura, ni confiable. Sacando cuentas, lo único que logramos con nuestra Toma del año pasado fue que echaran a un cuerpo (el rector malo) pero no echamos el problema, pues sigue ahí, y en un cuerpo de mujer, lo que es peor y lo digo por conocimiento de causa, pues podemos ser más malignas y más inteligentes. Así que por ese lado no hicimos mucho, pues habrá el quedado sin dignidad social, pero nosotros seguimos en la cuerda floja.
Y lo otro que se supone logramos fue la famosa Triestamentalidad, que en realidad, afrontémoslo, no es más que una linda aspirina que nos dieron, ya que, siguen sin pescarnos ni en bajada y créanme que seguirán así.
Así que si creemos que conseguimos algo, podríamos fácilmente pecar de ingenuos.
Por lo tanto, propongo un cambio de switch, rompamos esquemas.
Los paros, a mi modo de ver, no sirven para mucho, son poco prácticos, son lentos, no te dan seguridad.
Tampoco quiero un dialogo, no se puede hablar con las paredes, menos con paredes con cerebros de mala persona, porque inteligentemente te dilatan y te tramitan para que tu te canses y bajes los brazos.
Me gustaría que pudiéramos ser capaces de colapsar a otras instituciones, no colapsarnos a nosotros con paros y afines.
Cosas que saquen a nuestros enemigos de contexto, que lleguen al límite del caos y la locura.
Si queremos que respeten nuestra Triestamentalidad, tapicemos las oficinas imperiales con los decretos, provocar caos en los pasillos.
Escribamos a los diarios, obviamente no sólo uno de nosotros. Imagínense si cada uno de los estudiantes de la Universidad de Valparaíso escribe una carta a los diarios más importantes del país; ¿cuántos somos? ¿40.000 alumnos? Imagínense que los diarios reciban por lo menos 10.000 cartas y/o e-mails diferentes sobre el problema de la Universidad, gran colapso. Creo que si eso no impacta, por lo menos sirve de anécdota.
Tenemos que usar los medios disponibles de una manera inteligente, todos unidos, porque nuestra unión hará la fuerza, y nuestra fuerza es desestabilizar, crear caos. Es el único poder que podemos ejercer.
El escándalo es lo único que en este país hace que las cabezas se den vuelta a mirar, porque somos un país de apariencias.
Esas son las reglas, y hay que jugar con las mismas reglas del enemigo pero de manera diferente, más inteligente, rompiendo esquemas.
Nosotros ¿qué hacemos?: Un paro. ¿Qué esquemas rompemos?: ninguno.
OK, se que este pensamiento puede parecer fuera de sentido, pero creo que no lo es. Ojalá me pescaran en las asambleas y presentaran la idea en los plenos donde se toman las decisiones, pero me temo que la gente que está ahí es muy seria y actúan con el mismo pensamiento del enemigo.
Pero en pedir no hay engaño.
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